Su resonancia es capaz de inducir estados de meditación profunda, alterar las ondas cerebrales e incluso desbloquear emociones guardadas en el subconsciente.
El agua conduce las ondas sonoras con mayor eficacia que el aire, y la vibración penetra más profundamente en los tejidos, los órganos y los centros energéticos.
Las terapias de sonido utilizan frecuencias específicas para estimular la relajación, liberar bloqueos energéticos y promover un estado de bienestar integral.